miércoles, 27 de marzo de 2013

Los efectos de la crisis, y III

(...viene de "Los efectos de la crisis II)
Jane Badler - DIANA


      A
quel calendario de 1985 me acompañó durante un par de intensos años. Luego, al terminar mi estancia en aquella habitación, lo descolgué de la pared, lo guardé en la maleta y no he vuelto a saber de él. Si bien conservo de aquella experiencia una cierta tendencia a las mujeres lagarto, nunca he vuelto a tener calendarios de pared y aún hoy siento escalofríos cuando entro en alguna estancia y veo uno. Mi madre, sin embargo, sigue fiel a su costumbre y todos los años, a finales de Diciembre, se acerca hasta la sucursal del banco donde guarda los ahorros a por su calendario del año entrante y así gestionar ordenadamente un año más de su vida.

      Al menos así estaban las cosas hasta que a principios de este año recibo una llamada de mi madre.
—¿Que día es hoy?— suelta de sopetón
—No se, mamá. Creo que domingo.— silencio —¿Te encuentras bien?
      Tras una breve pausa, mi madre comienza a hablar visiblemente alterada
—Qué me voy a encontrar bien, si no se ni en que día vivo. Este hombre es que no respeta nada. ¿Que quiere?, eh, que nos volvamos todos locos o qué. Que digo yo que no es mucho pedir. Con lo que hemos tenido que pasar para sacaros adelante y ahora resulta que ni en el día que vivimos tenemos derecho a saber. Claro, como a él todo se lo dan hecho. Porque seguro que tiene un montón de secretarios que le recuerdan...
—Mamá
—...lo que tiene que hacer y donde tiene que ir. Y a los demás...
—Mamáaaa
—Y tú no lo defiendas, que no tienes vergüenza. En vez de preocuparte por tu madre, que no se que te habré hecho yo para que me trates así. Que siempre me estás llevando la contraria...
      Y continúa su monólogo durante dieciséis ataques de ingratitud, siete desafecciones leves y dos recaídas severas con llantina y berrinche incorporados. Así, hasta que consigo enterarme de que en su banco —por culpa de la crisis, del gobierno y sobre todo mía, que soy un mal hijo y un desconsiderado— este año no han repartido calendarios, lo que ha trastocado el día a día de mi madre hasta el punto de no saber si tiene que ir al médico o a clases de aquagim. Así que para tranquilizarla, prometo acercarme en cuanto pueda con un calendario de pared con los números bien grandes.
      Al día siguiente, en la papelería donde compro habitualmente, consigo un calendario del año en curso que pido que me envuelvan cuidadosamente para evitar el contacto visual y decido llevárselo a mi madre.
      Me recibe medio desnuda, con los pelos alborotados y un color rosado en la piel que no había advertido hasta ese momento. Intento disimular mi preocupación ante la certeza de que el caos, sin lugar a dudas, ha tomado posesión de su vida.
—Hola mamá, te traigo un calendario
—Ah, ya no me hace falta, ¿te quedas a comer?...
      Sigue hablando pero yo ya no la escucho. Al entrar en la cocina mis miedos me devuelven a una habitación de 2 x 2 y a aquel almanaque que ahora preside la cocina de mi madre.
—...Como no sabía que hacer, he estado tirando trastos viejos y he encontrado un calendario en la maleta vieja.
      Temblando, me siento en una silla a llorar en silencio el desastre que se avecina.
—Resulta que tiene apuntadas un montón de cosas que hacer...—dice ilusionada—...Ahora mismito acabo de llegar de clase de Kama-Sutra y mañana tengo hora para que me miren el introito.

      Lo peor es que debido a mi carácter contradictorio, voy a tener que hacerme monja de clausura.


La madre superiora, la hermana Benita y la hermana Inferiora

Psdta.: Quiero dejar bien claro que por mucho que coincidan las fechas, el hecho de presentar mis votos como novicia no ha tenido nada que ver con la renuncia de su Santidad el Papa Benedicto XVI.


5 comentarios:

Lady Jones dijo...

Divertido, sorprendente y gráficamente genial. Mr, ya vale de robar sonrisas, a ver si me aficiono...
Un beso.

Ben Bolkoien dijo...

Querida Milady, las cosas están mu malitas, así que el que suscribe tiene la intención de asegurarse el triste futuro que se avecina comerciando con las sonrisas robadas a hermosas damas como usted. De momento las guardo a buen recaudo en mi paraíso fiscal imaginario.

Un beso

Pluma Roja dijo...

Fabuloso relato estimado Bolki, podríamos decir genial. Es usted un gran creativo.

Un saludo cariñoso.

Gordopilo dijo...

Bueno ... bueno, al fin le he localizado.

Me hizo hasta componerle una canción:

http://youtu.be/nbriUJ-Wn_Q

Siempre tan ingenioso

Ben Bolkoien dijo...

Llego tarde, como siempre.
He estado de vacaciones, sin ordenador, sin teléfono, con mar, maravilloso.

Querida Pluma Roja, usted siempre me sobrestima. Pero conste que se lo agradezco.
Un beso

Gordopilo, .....Gordopilo.....pues por Gordopilo no me sale nada. Debe haberse usted equivocado.

Haciendo memoria creo recordar un Eustasio Gordopilo que a estas alturas debe encontrarse entre rejas por su mala cabeza. Pero claro, no puede ser usted.

Aún así me ha inspirado usted y yo también le compuse una canción:

http://www.youtube.com/watch?v=BqkBwNm1l34

un saludo

no se olvide