Amanece la luna temprano con rumores marengo.
Tras un vidrio de agujeros, entra la brisa del caudal ajeno.
Hastiado y convaleciente de un estío dilatado, prosaico, mudo.
Verano silente de abotargamiento neuronal y efectos secundarios.
Y nubes
Nubes en el cielo que nublaron mis ojos.
Y mi vida se convirtió en una foto de interior sin flash.
Y mis ojos se cerraron para no verse rojos.
Y un corazón sintiendo el no ver.
Con la casa sin barrer (empezando cosas que tendría que haber terminado a mediados de Septiembre)
Dejando pendientes sueños infantiles para mejor ocasión. ¿Y si me quedo sin sueños?, últimamente resulta tan difícil dormir que sólo puedo soñar.
El caso es que he vuelto. Me traigo los ojos de Mencía, sonriendo tras unas manos que no esconden.
Y nuevas estrellas para mi firmamento.
Afuera, carros de “carrefour” desfilan ebrios de botellón,
liberados al olvido de un suicidio amanecer.
Tras un vidrio de agujeros, entra la brisa del caudal ajeno.
Hastiado y convaleciente de un estío dilatado, prosaico, mudo.
Verano silente de abotargamiento neuronal y efectos secundarios.
Y nubes
Nubes en el cielo que nublaron mis ojos.
Y mi vida se convirtió en una foto de interior sin flash.
Y mis ojos se cerraron para no verse rojos.
Y un corazón sintiendo el no ver.
Con la casa sin barrer (empezando cosas que tendría que haber terminado a mediados de Septiembre)
Dejando pendientes sueños infantiles para mejor ocasión. ¿Y si me quedo sin sueños?, últimamente resulta tan difícil dormir que sólo puedo soñar.
El caso es que he vuelto. Me traigo los ojos de Mencía, sonriendo tras unas manos que no esconden.
Y nuevas estrellas para mi firmamento.
Afuera, carros de “carrefour” desfilan ebrios de botellón,
liberados al olvido de un suicidio amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario